Diferentes textos cada uno diferente, durante nueve días. RETO Anina Aniway
¿Qué pasaría si…?
Día 1 La infancia
Me levanto y tengo que ir al colegio, hoy examen de matemáticas y lengua, estamos en el último trimestre. Hace una temperatura cuasi veraniega, los amigos pasarán pronto por casa para irnos al cole.
Mamá se preocupa de los preparativos, papá no está se fue a trabajar, me lavo la cara y me reconozco niño con una conciencia de adulto.
¿Al cole? ¿los amigos? ¿exámenes? ¿lengua, matemáticas? Yo solo quiero hacer deporte y tomar el sol, el aire, que sean vacaciones todo el año, o por lo menos el día de hoy.
En la calle convenzo al grupo que nos vayamos de excursión, que juguemos a cada instante, que corramos, y que no nos vea nadie. Que seamos felices sin ruido de coches, sin humos, sin prisas, solo jugando. Llegamos a un campo y nos detenemos, ese será nuestro lugar de estancia hoy, jugaremos al pillao, a la pelota, a las muñecas, no tiraremos al suelo, gozaremos las estrellas al volver a casa. Y respiraremos la primavera.
Así pasamos el día entre risas, juegos, aventuras y descubrimientos. Nos comemos el almuerzo que llevábamos al colegio y volveremos a casa con un suspenso en cada examen, pero un aprobado en el gozo de ser niño/a ¡Un hurra por mi y mis compañeros! Hasta que la suerte nos vuelva a juntar.
Yo sé que mi madre sabe donde hemos estado, el verdete en los pantalones, la sonrisa plena y feliz, los ojos contentos, pero no dice nada, ella tampoco fue a la escuela en un día como el de hoy.
Día 2 La fotografía
Ese domingo soleado acababa de hacer yoga en la terraza, desnudo, que gusto sentir el aire y el sol en mi cuerpo. Ya están aquí, me dije. Pronto cogí la bolsa y me monté en el coche, un peugeot 505. Los cinco amigos, locos como estábamos por salir, nos dirigimos a aquel parque natural cercano a Cabo de Palos. Calblanque se llama. Pero no cogimos la ruta de la playa, sino que nos dirigimos al Cabezo de la Fuente, también dentro del Parque.
Por allí examinamos los alrededores y pronto llegamos al umbral que se ve el mar. La cima de la montaña y los acantilados. La conversación pasaba por entre risas y alabanzas del lugar. Allí con la mejor vista, al aire, mirando el mar, juramos que no nos separaríamos. Fue algo interno, fue un conjuro que se produjo por el aire, el sol y la sal que dentro de nuestro cuerpo nos dejaba la sabiduría milenaria de la amistad.
A la vuelta lloramos por ese precioso día, y en volver a repetirlo. Nunca más se produjo, uno de los amigos nos dejó el año pasado. Conservando esta fotografía. Mi fotografía. Os hablo desde otro mundo, un mundo no real. Un mundo al que se accede, pero no se vuelve. Un mundo sin obstáculos, donde todo fluye y te mezclas con los vivos.
Ellos sienten tu roce, pero no te ven, te imaginan.
Hoy he estado en el mercado, no saben que he sido yo, le he dado limosna al mendigo, he comprado calcetines al gitano, y la verdura me la he llevado del puesto del bancal a casa.
Así de divertido…
Día 3 Hazte una pregunta
¿Por qué he llenado varias hojas de mi libreta preguntándome, y me ha gustado?
Día 4 Disecciona una palabra
Engaño
¿Es así como se llama la muleta que usan los toreros? Es de color rojo, utilizada en alguna ocasión por todos. Es adaptable, un tejido que oculta a quien lo maneja. Una suerte de arte práctico. Hay quien lo usa y quien no. Atractivo, el engaño es atractivo, te hacer crecer, salir airoso. Cuando no quieres decir cómo te sientes utilizas el engaño, él te puede utilizar a ti.
Junto al engaño está la cordura, la mano quien lo guía, pues sino estaría la locura.
El engaño tiene las patas muy cortas, ya se conoce “Se pilla antes a un embustero que a un cojo”. Tiene alma de metal, aunque sea un trapo. Su superficie te envuelve, como la seda. Quedando eclipsado a los demás.
Lo mejor del engaño es dejarse llevar. Engaño tras engaño, una vida fácil. Mientras haya tontos que se lo crean.
Y es que hemos nacido de un engaño. Nuestro cuerpo se baña en él todos los días, como ese Mar Menor que ahora está desgraciado. Así, con algas y podredumbre. Quien inventó el engaño sabía lo que se hacía. Un olor a perfume que agrada, que entontece, que atonta.
Y que decir del engaño, no más, sería mentira, es resbaladizo, cada cual tiene su engaño, y su verdad. Esa espada brillante que bate el viento creyendo asesinarlo. Y es mentira el engaño no muere. Él es verdad.
Día 5 Exorciza un demonio
¡Ay, Gabriel! cuánta culpa tienes de todo esto. Tú me enseñaste a pensar, a tener ingenio, a tirar para adelante, a hacerlo posible. Eras muy listo, nadie podía contigo, cuando unos iban tú habías ido y vuelto dos o tres veces.
Qué locura ir a tu lado, surrealismo puro, risas y seriedad muchas veces, que mala hostia. ¿Cómo pudiste aguantarme? ¡Cuánta miseria! Demostraste aguantarme y nos destruimos los dos. Nos sacaron la piel compañero, al igual que a otros.
Cuantas aventuras, una diaria. Éramos emprendedores en el mundo de la esclavitud. ¡Qué bien lo pasamos! ¡Libres! Libres de nuestro destino. Cómo corrías, cómo ponías el camión a todo lo que daba. Ciencia ficción. Me enseñaste la dignidad, la rebeldía, ante todo eso.
En cualquier época del año, qué belleza, llamabas la atención, raro como tú solo. No tenías hartura, cómo disfrutabas la vida, no tenías hartura.
¡Qué grande has sido! Ya nadie se acuerda de ti. Solo una foto tengo tuya. ¡Qué desastre! ¡Qué pérdida de tiempo! Eras mi padre adoptivo. El natural te puso en mi camino para que tuvieras un hijo y yo aprendiera de ti. Cuantas cosas malas me enseñaste, que mal me hicieron.
Yo un niño sano en el mundo laboral. Los roces, el estar donde no se quiere, cuánta agonía y tabaco. Cuanto aguantar. Cuánto estar fuera de lugar por unas pesetas. Y habría sido lo mismo en cualquier sitio. Ningún trabajo me habría gustado, sino hubiera sido músico o algo relacionado con la creación.
Ya pasó.
Día 6 Anima a alguien a escribir
Claro, lo que publicas está muy bien, se nota que entiendes, que lo has vivido, que trabajas, que lo experimentas, que llevas toda la vida. ¿Pero, y si hacemos un libro con parte de estos temas, les das forma, los maquetamos y los ofreces al mundo en formato papel?
Hay que aprovechar toda esa información y compilarla en un libro sobre la temática que tú controlas, que es la tradicional.
Me han propuesto que convenza a alguien a escribir, tú ya lo haces, pero ¿Y si lo haces como te digo, con la intención de publicar un libro? Se que tienes uno preparado y seguro que tienes información para otro ¿Por qué no damos el paso? Anina Anyway se va a alegrar, y toda Murcia y el mundo del folklore de toda España.
Eres conocido, pues con un libro te pones más en órbita. Yo te ayudo. Yo te hago el diseño y seguro que triunfamos, lo mismo hasta me estás agradecido. Tienes a una trupe de gente esperándolo.
Cantos de Navidad, de la huerta, indumentaria tradicional, costumbres casi o ya desaparecidas. Debes ponerle tu nombre, como a ti te las han transmitido, como tú las has conocido. Ofréceselo al mundo. Francisco Javier Nicolás Fructuoso.
Día 7 Llévame al mar, a tu mar.
¡Qué bonito!, me siento en la arena blanda. Y respiro, ¡qué rumor a mar, a brisa olorosa del océano! el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Los brillos del agua, incansable una y otra vez.
Siento su humedad, el sol me quema la cara, las manos recogen mis piernas en un abrazo, y ¡ay! aquí estoy, ¡junto a él! Tengo que aprovechar estos momentos tan preciados, ¿qué siento, qué me dice, qué imagino?
Y el trino de los pájaros a lo lejos, cierro los ojos, uno, dos, respiro, espiro. Al ritmo de las olas.
¡Qué placer, apenas me muevo! Es como una especie de fiebre pero del bienestar, un sueño con imágenes y sonidos. Sí, ahí está, compruebo cuando abro los ojos, ¡un ratito más!
Tengo que bañarme en este mar, tengo que introducir mi cuerpo desnudo, lo deseo.
Día 8 Sé libre
Es necesario expresar lo que sentimos, lo que pensamos, cómo lo decimos. Decirlo, si lo dejamos dentro nos mata.
Solo tenemos que dejarlo, para que nos aniquile en silencio.
Lo mejor decirlo al aire, al Universo como dirían…¿los budistas? ¿rezarlo? Así no se hiere a nadie. Porque es verdad las palabras hieren.
¡Que bonito encontrar ese discurso feliz, qué todo lo puede, qué haga florecer la vida a quién lo escucha!
Tener ese don, si es posible: yo me lo pido.
Me quedo parado calculando el poder de ese don ¿hacer feliz a la gente? ¿no molestar a nadie? Pero eso sí, utilizarlo con mesura, solo con las personas indicadas. Comprobar el potencial de este superpoder y experimentarlo con los vecinos, los amigos, la pareja, la familia. ¡A ver qué tal! No sea que un exceso de optimismo nos perjudique.
Y ya viendo resultados, aplicarlos a aquel que lo necesite y se encuentre en nuestro camino. Quizás anduviera buscando algo, o busque el superpoder ¿quién sabe?
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Y es más, atreverse a pensarlo. Quizás el pensamiento te haga libre, pero hay que conectarlo con el corazón, y este con la vida que son los demás. Si no te atreves a agradar a los demás, la vida no te agradará a ti. Es una ley de Vida.
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Así qué, no nos queda otra que ser agradables, aunque creamos que no tenemos que serlo. Estamos equivocados. Aunque claro, a veces hay momentos y situaciones en que apetece ser un poco agresivo.
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Allá cada cual, cuan bonito es disfrutar la vida, sentir la libertad y no darle tanto al coco.